La habitación es pequeña, pero tiene de todo: LCD de buen tamaño con muchos canales (casi todos americanos), cafetera con sobres de café y té y unas tazas, caja fuerte, plancha, despertador, conexión a internet, secador de pelo, minibar vacío, una cama grande y confortable, aire acondicionado...
El precio asequible viendo el cáriz que toman los precios en Manhattan.
Ahora empezamos con los peros.
La moqueta estaba un poquitín sucia. Aunque leí en foros que se oía el metro pero no es nada comparado con el ruido de los coches por la calle de Canal st.
El armario para la ropa es mínimo por lo que tuve que dejar mi maleta sin deshacer durante los días que estuve.
La cama estaba un poco mal hecha.
Al salir de la ducha tienes que mojar todo el suelo porque no hay un soporte de toallas junto a ella.
Para el internet si no llevas cable de conexión lo tienes que pedir en recepción porque no hay WI-FI pero es un mal menor.
También leí el comentario de algún visitante anterior que decía que no había encontrado la manera de encender la TV y no me extraña porque está conectada a un DVB que está detrás del aparato y no hay mando para cambiarlo por lo que te tienes que levantar de la cama para cambiar el canal y el mando que hay se limita a manejar el volumen y el encendido y apagado.
Me parece muy bien que tengan el frigorífico vacío porque eso te da libertad de comprar algo en un super y no depender siempre de horarios de restaurantes o de dos migajas carísimas que suelen meter en los minibares.
Puntuación relación calidad-precio 8,5