Al llegar a La Renie, un hotel que habíamos reservado en San Gimignano, para ser más exactos en la localitá Pancole, nos encontramos con que hubo un malentendido y sólo teníamos una
habitación doble para cuatro personas. Esta habitación ni siquiera estaba en el hotel sino que era parte de la casa de una anciana oriunda del lugar. Debía tener alquiladas varias habitaciones por el hotel que dejaban bastante que desear.
Pero mi crítica de hoy no es para éste sino para Villa San Paolo, el hotel de cuatro estrellas al que nos mandaron por pertenecer a la misma empresa.
El trato de todos los empleados por el tema del overbooking fue muy correcto. El acceso al hotel te lo tenían que haber explicado porque se trataba de una finca de olivos y viñas con una villa típica de la zona rehabilitada como habitaciones.
Al llegar había coches y furgonetas de albañiles y fontaneros que seguían con la obra de este complejo, que por lo que veo en su web tiene un bonito spa y gimnasio que no llegamos a ver.
La recepción es moderna con muchos rincones de lectura en la parte de atras. Hay una pequeña barra de bar junto a una estantería llena de libros y unos cómodos sofás.
Nos alojaron en una habitación de la villa de la foto justo enfrente de la piscina. Tenía un hall con unas láminas renacentistas y unas sillas de piel marrón.
Un pequeño pasillo daba acceso al dormitorio a y a la izquierda quedaba el baño (provisto de consumibles, albornoces y zapatillas para cada huesped)Tras la cortina que se ve en la foto un pequeño jardincito privado con una mesa y dos sillas.
Al salir de la casita las vistas de una pequeña piscina con el campo toscano de fondo.
En resumen la estancia ideal pero como era de prestado al volver a la realidad del día siguiente en La Renie nos dieron con las bragazas de la señora de la casa en todo la jeta cuando abrimos la ventana de la terraza de par en par.
Puntuación 10* * No se trata de relación calidad-precio
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