Hotel Antares (Villafranca di Verona)

Llegamos a Villafranca di Verona, pasamos Villafranca di Verona y el número del hotel no coincidía con el GPS. Preguntamos a una pareja en una gasolinera y nos indicó que estaba a unos trescientos metros un poco escondido a la derecha.
Al aparcar en un estacionamiento exterior y sin tejavana tenías que cerrar las ventanillas del coche por el mal olor a granja.
Según ibas a la recepción el olor no disminuía. Una vez dentro si.
El personal muy atento y la entrada correcta. La habitaciones que nos tocaron estaban como en un ala adyacente del edificio principal con luces azules muy tenues que daban un aspecto gore al pasillo.
En la primera planta estaban las salas de reunión con un hall de espera iluminado por sus dos sofás rígidos.
En la habitación aparte de minibar, tv internacional y demás facilidades me resultó curioso el doble nórdico en la cama de matrimonio (puede evitar desavenencias conyugales).
El baño muy completo con jacuzzi y lavabo de diseño con el que, sin poder evitarlo, acababa mojando el mueble donde se apoyaba.
Cuando bajamos al desayuno nos dimos cuenta por qué lo del olor. Se trataba de un centro hípico. El buffet muy bueno y variadísimo incluyendo tarta de chocolate.

Al ir a pagar hubo un error entre la cuenta que nos presentaban y lo pactado en la página web. El poner una cama supletoria para una tercera persona no aumentaba el precio de la habitación por lo que se dieron cuenta del error y nos respetaron el precio de la reserva.







Puntuación relación calidad-precio 10



* Septiembre 2007 90 euros dos personas